2015


No sé cómo lo hice pero conseguí empezar a escribir el primer día del año. Tengo un montón de ideas y temas sobre los que escribir, además de que también me gustaría contar mi vida porque nunca cuento mi vida y, bueno, ¿por qué no?

Esta fue la tercera noche vieja que paso en Londres y otra vez nos dio mucha pereza ir a ver los fuegos al centro, aunque no me arrepiento: vivimos en un primero y desde la ventana se ven los patios de los vecinos echando chispas y luces. A veces la luz apenas sube por encima de las verjas y árboles que separan los jardines y se ven los destellos de colores relampagueando a contraluz o subiendo al cielo como si de un baile improvisado se tratara. No es la primera vez que lo veo y todas y cada una de las veces no pude evitar pensar que son magos en duelo (cuando las luces son verdes juraría que se están lanzando avadas kedavras).

Si hay algo que tiene el fin de año es que invariablemente te hace pensar en otros 31 de diciembre que ya pasaste. Al recordarlos me di cuenta de que yo solía agradecer al año que se va y pedir al año que se viene, y por alguna razón perdí la costumbre. Así que, sí, es hora de agradecer al 2014:

Hace no mucho (aunque se sienta como una eternidad) le daba la bienvenida sin pedirle nada pero llena de esperanza y ganas. No lo llené de expectativas y sin embargo me dio mucho más que otros años anteriores. Lo recorrí mirando de a un día hacia delante. Tuve mis mejores y peores momentos hasta ahora. Me quise más que nunca, me odié más que nunca, tuve más rabia que nunca y amé más que nunca. Me demostró que, aún siguiendo la rutina, cada semana puede empezarse con un ánimo totalmente diferente a como se empezó la anterior. Y, lo más más más más importante de este año (y de mi vida) es que empecé a cuidarme y cada día que pasa sé cuidarme mejor.

Al 2015 solo le pido una cosa que además no va a poder evitar: solo quiero seguir creciendo. Le dedico a este día los pensamientos de todos los demás, casi para que los siguientes 364 amaneceres se despierten de los celos.




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